En este blog queremos hablar sobre que es el “Jardín Maternal” y sobre cuales son sus contenidos a enseñar. Algunos de ellos son: el término asistencial, los conceptos de conocer, enseñar y juego. Fundamentalmente este blog lo realizamos ya que muchas veces el “jardín Maternal” es tomado como un espacio que solo se utiliza para que los niños sean cuidados mientras sus padres no están. Por esta razón, a través del blog queremos mostrar realmente cual es su finalizad y su función.
Historia del Jardín Maternal
La historia del nivel inicial siempre estuvo atravesada por una lucha entre quienes lo concebían como “guarderías” y quienes reconocieron en él un espacio educativo para la infancia. Los orígenes de los Jardines de Infancia se remontan a la creación de casas de asilo para los niños hijos de trabajadores de los nacientes conglomerados urbanos en torno a la industrialización. Durante siglos la imposibilidad de evitar la llegada de los hijos hizo que no existiera diferenciación entre adultos y niños; por lo tanto en la época de las colonias en la Argentina había un gran número de niños/as que se encontraban en la calle. En 1779 el Virrey Vertiz funda la Casa de los Expósitos, dejando en manos de la iglesia “La Hermandad de la Santa Caridad”, la atención de esta infancia abandonada. Años más tarde, Rivadavia, reformuló el clero, disuelve la hermandad, funda la sociedad de Damas de Beneficencia y de esta forma la atención de la infancia deja de estar asociada a una matriz religiosa para dar lugar a una beneficencia en tanto publica con injerencia de agentes laicos. A finales del siglo XIX principios de XX se terminan de consolidar los sistemas educativos a nivel provincial u nacional con la ley 1420, que establecía “la creación de uno a más jardines de infantes”.
En 1973 se sanciona la ley 20582 estableciendo la instauración de institutos para la primera infancia (jardines maternales), la misma consideraba al Jardín Maternal como un espacio de cuidado y enseñanza para los niños; estos jardines estaban a cargo del Ministerio de Cultura, Educación y Bienestar Social. En los ´80 y el advenimiento psicologista, la infancia es analizada desde sus necesidades y la aparición de los primeros Jardines Maternales, tendrán como objetivo brindar la atención que antes estaba atribuida a la familia.
Hacia 1993 se sanciona la ley Federal 24195, la cual promueve al Nivel Inicial como el primer nivel del Sistema de Educación Argentina y se plantea la obligatoriedad de la sala de 5.se cran los CBC, se primeriza al Nivel Inicial. Se cran los NAP, toda la Nación iba a dar los mismos contenidos.
En 2006 se sanciona la ley de Educación Nacional 26206, la cual promueve la obligatoriedad de la sala de 5 y de considera la sala de 4. En 2010 se sanciona la ley Provincial la cual promueve la obligatoriedad de la sala de 4.
El jardín maternal en la actualidad intenta dejar de ser encargado de una propuesta asistencial para abordar la dimensión pedagógica, dejar de ser un depósito de niños/as para convertirse en un escenario escolar, diseñados e intervenido por profesionales. Se intenta una reasignación del sentido de su primer mandato: asistencial
La identidad polémica del jardín maternal explica los escasos desarrollos didáctica específicos sobre la enseñanza en el jardín maternal, enfatizando, en cambio, aspectos vinculados con el desarrollo y la crianza. La cuestión del cuidado implícito en toda crianza y educación requiere una discusión inexorable para no minimizar el vínculo constitutivo de la acción educativa. Cuidar o/y enseñar, la falsa antinomia exige ser abordada y examinada para ofrecer claves en la intervención docente en el jardín maternal. Ante estas consideraciones cabe preguntarnos si el jardín maternal va a enseñar o a acompañar el desarrollo. El desarrollo se estimula con la enseñanza, no deja de ser cultural, se potencia con la intervención del adulto.la forma en que se desarrolla en el jardín maternal, implica recontextualizar la crianza hogareña en el ámbito institucional. Si en el hogar se ofrece a los niños un universo cultural restringido, el jardín maternal constituye un espacio de encuentro de diversos universos culturales que permiten el enriquecimiento del horizonte cultural al que tiene acceso los niños/as.
Conceptos fundamentales:
- En primer lugar podemos encontrar el termino ASISTENCIA, el cual es entendido como cuidado al conocimiento, entendido como aquello que pretende ser objeto de una enseñanza. La responsabilidad es una forma particular del cuidado. El cuidar tampoco es un sinónimo de caridad o sacrificio. La diferencia entre cuidado y sacrificio es importante para los educadores ya que el que se sacrifica se priva de algo y el que cuida se consagra al otro y goza de ello, se encuentra al final de la acción mas rico, no mas pobre.
- En segundo lugar encontramos los siguientes términos: conocer, que es poseer medios de orientación de los que se carecen al nacer, y enseñar es dotar a los recién llegados de guías e instrumentos orientadores sin los cuales vivir entre semejantes se vuelve una tarea ardua. El concepto de enseñar en el Jardín Maternal es: dar conocimientos y afectos, confianza, calidez, ternura, cuidados, es acunar, con los brazos firmes y abiertos que ofrezcan seguridad y autonomía, alertar sobre los peligros, mostrar el mundo y como andar en el, es saber retirarse cuando el niño puede solo.
- Otro concepto fundamental para el jardín maternal es el de juego ya que, es una espacio social que no surge por naturaleza, sino como resultado se un aprendizaje social y supone una significación que resulta del acuerdo de muchos jugadores. Este construye un proceso de socialización que prepara al niño para tomar su lugar en la sociedad. Ofrece al niño la primera ocasión de emplear el lenguaje con el adulto.Una de las preocupaciones de los docentes es como cuidar el espacio del juego en los ambientes formales de aprendizajes. Desde esta perspectiva sociocultural, la posibilidad que tiene tanto el juego como la enseñanza, de generar una zona de desarrollo próximo permite conciliar la relación entre juego y trabajo escolar y situar al juego en el contexto de la enseñanza. Dentro de este contexto escolar, podríamos considerar tres momentos distintos de jugar: juegos con objetos, juegos “como si” y juegos con reglas externas. Cada uno de estos juegos, supone diferentes modos de mediación del maestro. El juego tiene limitaciones de espacio y tiempo, sin embargo, los chicos manifiestan poseer un conocimiento de la cultura escolar que les permite utilizar con ventaja estas limitaciones y continuar jugando. Podríamos decir que la escuela no desnaturaliza al juego sino simplemente le otorga otras formas. La idea de juego como actividad propia de la niñez, alcanza importancia real a partir de la renovación didáctica propuesta por el movimiento estadounidense de la escuela nueva.
Dejar crecer o enseñar
La dicotomía de “educar o dejar crecer resulta en ciertos casos más falsa que indeseable, ya que pareciera que la alternativa a la crianza o enseñanza tradicional consiste en el respecto al despliegue libre de la naturaleza infantil, como si la naturaleza infantil fuera algo expresable por fuera de las situaciones vitales especificas, o como si estas situaciones vitales pudieran estar liberadas de la actividad intersubjetiva, los usos del lenguaje, la elección de actividades a promover en la participación de los niños en la vida de nuestras culturas, etc. Sin embargo, algunos de los riesgos que se corren en la formulación de este problema podría ser, el suponer que podemos analizar el desarrollo infantil escindiéndolo del entorno, tanto físico como social. La ponderación de que hay condiciones ambientales y sociales que obturan o favorecen el desarrollo no escapa de esta observación, puesto que pueden plantear al desarrollo, en los hechos como un proceso independiente del entorno y “estimulable” por las condiciones situacionales. Debe comprenderse que lo que sucede en este plano es el reflejo de un pensamiento escisionista que ha llegado a ponderar al individuo como unidad de análisis fundamental de la explicación psicológica.
Educar bien podría concebirse como una de las formas de dejar crecer si se entendiera por ello permitir habitar, participar y significar la vida común, es decir, si se la concibiera como habilitar a los sujetos a participar genuinamente en la experiencia de vivir, en producir su propia experiencia compartida.
Ricardo Baquero
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